miércoles, 29 de agosto de 2007

SOBRE EL PARALELISMO DE LAS PARALELAS Y EL BAR DEL GALLEGO DE LA ESQUINA

Harto conocida es ya la versión Euclídea sobre la obtusidad de las paralelas ante el abrazo fraternal, pero como harto ya de estar harto ya me cansé, me quedo acá en Buenos Aires -Borges podría haber aprendido de mi persona- y me siento en el cafe del gallego de la esquina a doblar el universo entre el asado de costilla y el cafecito con crema (con perdon).

Como Argentina es plural, aunque el otro no se haga cargo, aquí, en el vasto terreno de las geometrías cuyos planos se doblan al viento en el puesto de revistas, me planto y digo: que las paralelas argentinas no se arrugan ni aunque vengan degollando.

Lo primero que se me ocure, es cierta geometria del barrio de Congreso, en la cual las paralelas se unen o no, de acuerdo al sobre que pasen por debajo del plano de la mesa: y entonces se hacen borgeanamente plásticas, o shakespeareanamente acuosas, o Rioterceramente volatiles. Tanto asi, que pueden abrazarse en una valija, o aparecer en el ropero de algun tugurio de travestis, sin que por tal el hecho alarme a nadie.

Otra posible modelo seria el de Recoleta donde las paralela rebotan, ya que tal compromiso de religiosa rectitud no concuerda con aquellas gentes que toman y festejan en la vereda del cementerio como los africanos del Mississipi (dos mississipis, tres mississipis), que por increible que suene, no están en Africa.

Conocida tambien es la teoria de Morel, bajo la cual las paralelas nadan, una y otra vez, absurdas y constantes, sobre amarillos oceanos con el fin de encontrarse y proseguir su plan de evasion.

Cierta teoria barbuda y afrancezada, con perdón dela palabra, pregona que las paralelas no son tales, sino que en determinado momento miraron a las perpendiculares a los ojos, y ahora las perpendiculares son paralelas, y estas no se sabe donde estan.

Mas erudito seria decir, ¿era por ahi por Belgrano?, que las paralelas se juntan en los peldaños de un sotano en cierta casa de la calle Garay, a vistas de cierto ciego oximorónico que se hizo famoso trantando de no serlo.

Si por el contrario, la mística se hace misterio, apunta cierto negro locutor, que en Parque Chas las paralelas engañan al ingenuo, jugándole pasadas y pasadas que a veces los llevan a lugares tan absurdos como Quilmes, reservacion indigena a la que no ha llegado ningún indio.

De una forma u otra, todos sabemos, que las paralelas son dobladas por la Kodama, que en el infernal infinito, se vive peor que lo que se escucha, sigue peleando juicios a fin de mantener la herencia del Nibelungo, o por lo menos tal cuenta Don Dante, que dice haber visto mientras hacía camino al andar.

Yo, argentino, por mi parte, sé que las paralelas se juntan acá, en Argentina...Simplemente porque no lo deberían hacer.